20 de agosto de 2020

Los paraísos artificiales de la fotografía drogada

All you can feel, Heroin (Maps), photo-pharmaceutical series 2013; Heroin on photo-negative, enlarged as c-print – Sarah Schönfeld
All you can feel, Heroin (Maps), photo-pharmaceutical series 2013; Heroin on photo-negative, enlarged as c-print – Sarah Schönfeld

El paraíso está íntimamente unido a lo prohibido, a la tentación, a la manzana que se quiere morder pero no se debe. Tal vez el paraíso no era para Adán y Eva el jardín que les rodeaba, sino lo que esa manzana les podía ofrecer.

Un estado de conciencia alterado, una percepción singular de la realidad. ¿Y cómo desde lo mundano llegar hasta ella? Hay momentos de trance, de una comprensión de la cosas que se presenta con claridad precisa, momentos de inspiración que llegan después de largos procesos. Luego están los atajos, las trampas, como ese peligroso as en forma de manzana que guardaban bajo la manga Adán y Eva. Manzanas psicotrópicas que te llevan de inmediato a lo que en palabras del poeta maldito Baudelaire, son los paraísos artificiales.

 

Recuerdo estar mirando en una película el rostro de Ewan Mcgregor convertirse todo en sonrisa placentera hasta los pies, ceder al placer, soltar el peso de la verticalidad para tumbarse al plano del suelo, en estado fetal, volver al origen de todo. “Esto es el paraíso”, deja ir por su boca, después de que por él entrara una dosis de heroína.

No he encontrado fotografías que capten en concreto, esas realidades alteradas, que muestren el viaje interno por el que uno está pasando. En fotografía las drogas suelen representar la degradación del ser humano, su autodestrucción, su decadencia. Predomina la visión desde afuera, desde el que mira con ojos íntegros. Como ese Dios que mira a Adán y Eva perderse entre manzanas. Y hace la foto, para que el resto tome conciencia, “este no es el camino”. Una visión igual, completamente necesaria.

Personalmente, me interesa el trabajo All You Can Feel, de la alemana Sarah Schönfeld, pues tiene la particularidad de no hablar del chute, ni del viaje, ni de la degradación. Ni del oficio, ni del delito, ni de la curiosidad que mató al gato. No se posiciona moralmente, legalmente. Pues no se trata de la sustancia en relación a la persona, se trata de la sustancia reaccionando en la fotografía. Se trata, en todo caso, del chute, el viaje y la degradación de la película sensible. Con la suerte, a diferencia con la persona, de que este paraíso artificial tiene el potencial de ser visible. Es la fotografía drogada imagen del paraíso al que la sustancia le lleva, le transforma.

All you can feel, Dopamin (Planets), photo-pharmaceutical series 2013; Dopamin on photo-negative, enlarged as c-print – Sarah Schönfeld
All you can feel, Dopamin (Planets), photo-pharmaceutical series 2013; Dopamin on photo-negative, enlarged as c-print – Sarah Schönfeld

No obstante, y como no podía ser de otro modo, este atajo tramposo psicotrópico hacia la imagen-paraíso lleva consigo el castigo, la película paga con su propio deterioro. El negativo se queda inservible, no podrá ponerse en ningún chasis, ninguna imagen del exterior se proyectará en él. Se subleva al que se supone es su propósito original y sin embargo, esta es su virtud, traernos sus propios paraísos artificiales.

Sarah Schönfeld fotografía sin cámara, si es que se le puede llamar fotografíar al acto de colocar productos farmacéuticos, sustancias sintéticas producidas por el cuerpo y drogas ilegales en forma líquida en el lado sensible de un negativo fotográfico previamente revelado. El proceso se asemeja más a un experimento científico y por ende, el estudio a un  laboratorio. Una forma cautelosa, responsable, controlada y formal de relacionarse con las drogas, antítesis del modo en el que se lleva a cabo en discotecas como las que Sarah trabajó durante años, y que le sirvieron, en cierta forma, como inspiración de su trabajo fotográfico.

All you can feel, Ketamin (Maps), photo-pharmaceutical series 2013; Ketamin on photo-negative, enlarged as c-print – Sarah Schönfeld
All you can feel, Ketamin (Maps), photo-pharmaceutical series 2013; Ketamin on photo-negative, enlarged as c-print – Sarah Schönfeld

Desde la superficie las sustancias actúan durante días o semanas, afectando las distintas capas de color del negativo, como una forma interna de exposición, para luego pasar a revelado. Podríamos encontrar similitudes con los efectos del consumo de drogas, comenta Schönfeld “uno también ve las cosas que no son causadas por la luz y la longitud de onda del mundo exterior sino por procesos químicos dentro del cerebro y el cuerpo. Las sustancias atacan el sistema del negativo atacando su superficie y profundizando en su estructura, revelándose allí, como una especie de retrato.”

Sus imágenes nos traen lo que el ojo no puede ver por sí solo. Sarah explora las posibilidades de la fotografía en las fronteras de lo que puede ser visualmente retratado, la interfaz entre la representación y la realidad.  All You Can Feel, ya nos está advirtiendo en su título, que no hay explicaciones racionales, lo que vamos a ver son sólo (son todo) feelings. Al verlas, es una reacción casi automática preguntarse, ¿si las sustancias provocan eso al papel fotosensible qué nos harán a nosotros?¿qué paraísos artificiales (o pesadillas) dibujarán en nuestro cerebro, dentro de nuestro cuerpo?

All you can feel, Orfiril (Maps), photo-pharmaceutical series 2013; Orfiril on photo-negative, enlarged as c-print – Sarah Schönfeld
All you can feel, Orfiril (Maps), photo-pharmaceutical series 2013; Orfiril on photo-negative, enlarged as c-print – Sarah Schönfeld

Un centro de rehabilitación puso en marcha su propio mini-experimento, sin explicar las imágenes, les pidieron a sus pacientes que escogieran su favorita. Resultó que cada una de las escogidas era la droga a la que eran dependientes, con un 100% de exactitud. Incluso el secretario que sólo bebía café escogió cafeína. Parece que, las imágenes de All You Can Feel han conseguido representar los paraísos artificiales internos, las sensaciones que provocan las drogas, ilegales o legales.

No sólo se refiere este trabajo a la sustancias utilizadas por placer, también incluye aquellas que son recetadas por cuestiones de salud. El padre de Schönfeld se medica por enfermedad mental desde que ella recuerda. Lo que le ha llevado a preguntarse sobre las influencias de las sustancias en quien las consume, en su personalidad, estado anímico, su psique, su forma de experimentar… En definitiva, en el cómo percibimos y construimos la realidad.

Fodo de portada: All you can feel, MDMA (Maps), photo-pharmaceutical series 2013; MDMA on photo-negative, enlarged as c-print – Sarah Schönfeld
Sobre la autora: NEREA ARROJERÍA - (Palafrugell, 1989) En mis años estudiando fotografía desarrollé un apasionado interés por sus usos y lenguajes. Posteriormente me especialicé en la critica con el Master de análisis y gestión en arte contemporáneo. Actualmente estoy cursando el grado de Historia del arte, y soy la editora jefe de la plataforma fotográfica elpulpo. Mi trabajo se centra principalmente en la escritura y en la investigación de la imagen, concretamente, fotográfica.

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